viernes, 9 de julio de 2010

La lengua

Dios ha dado una visión a esta iglesia para hacerla crecer mediante la predicación del evangelio en la que todos estamos involucrados. Y todos tenemos un instrumento que es muy importante para lograr esta misión. El instrumento es algo pequeño, flexible, fácil de usar, pero difícil de controlar. Lo usamos para "bendecir al Dios y Padre y con el mismo instrumento maldecimos a los hombres que están hechos a semejanza de Dios" Santiago 3:9.

Se trata de nuestra lengua, que es como un cerillo que enciende grande fuego o da grandes bendiciones. El uso que se le da a la lengua viene de lo que tenemos en nuestro corazón, "El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de
la
abundancia
del
corazón habla
la boca" Lucas 6:45.


Max Lucado cuenta una historia sobre la lengua venenosa "En una ocasión conocí a una señorita muy valiente. Lo era por varias razones. Una de ellas era que estaba manteniendo una dura batalla contra el alcohol. Otra era que estaba haciendo todo lo posible por restaurar su relación con Dios.

Es difícil empezar de nuevo. Y más difícil lo es cuando la gente no lo permite.

Ella decidió asistir a una iglesia pequeña donde conocía a muchos de los miembros. Pensó que la recibirían.

Un domingo estacionó su auto cerca del edificio y se encaminó al templo. Mientras iba caminando hacia la puerta principal escuchó la conversación que sostenían dos señoras. Sus oídos no estaban preparados para escuchar esas punzantes palabras, pero, de todos modos, las escuchó.

  • ¿Y cuánto tiempo va a estar por aquí esa alcohólica?

Se volvió a su auto. No volvió a pisar una iglesia hasta que murió.

Esas señoras no eran peligrosas, pero el daño que ocasionaron fue irreparable".

Aquí en "Jesús la Vid Verdadera" tenemos la oportunidad de usar nuestra lengua positivamente, porque muchos de los asistimos hemos confesado a Jesucristo como nuestro Salvador, dando testimonio del cambio que Dios ha operado en nuestro corazón. Aquí están estas ideas que ayudan a controlar la lengua:

  1. No diga nada de nadie que no le pueda decir en la cara.
  2. No diga nada de nadie si no está presente para responder.
  3. Niéguese a escuchar murmuraciones.
  4. Diga cosas positivas acerca de las personas de las que está hablando.
  5. Recuerde: "La lengua… es un fuego" Santiago 3:6
  6. Bendiga a la gente que vea, sin importar la condición en que estén.
  7. Bendiga a los que le maldicen.

Porque: el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño. 1 Pedro 3:10

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